viernes, 9 de octubre de 2009

POR LA BEATIFICACIÓN DE ISABEL LA CATÓLICA

En consonancia con dos entradas que nos han parecido muy oportunas, publicamos las mismas y damos una orientación. La articulación de una campaña a favor de la beatificación de Isabel la Católica ha de inscribirse en el marco de nuestro combate contra el triculturalismo, patraña inaceptable que nos imponen los poderes totalitarios desde sus Universidades mercenarias y sus pseudohistoriadores al servicio del extranjero.


Isabel, Reina



Es mucho lo que se ha escrito y dicho sobre Isabel la Católica y es también mucho lo que se ignora, por ejemplo que en 1958 se inició en Valladolid, España, su Causa de Beatificación.

Entendemos la perplejidad que puede causar en algunos esta noticia, ya que una densa leyenda negra, que no resiste una crítica seria, ha desacreditado durante mucho tiempo la más mínima referencia a esta figura de primera magnitud.

La idea de su Beatificación surge espontánea en quienes, además de conocer los tópicos de siempre, bebieron en las fuentes documentales de la época.

Su vida de Fe, su compromiso con Dios y con el prójimo, su austeridad de vida, su afán evangelizador, su lucha por los derechos humanos avalan suficientemente este planteamiento.


"Positio Histórica" de la Reina

El 22 de abril de 1990 se edita en Valladolid la "Positio Histórica" de la Reina, como resultado de un vasto estudio de más de 100.000 documentos de los mejores archivos de España y América. Esta magna obra es aprobada y elogiada unánimemente por los Consultores de la Sección Histórica de la Congregación de las Causas de los Santos.

Datos concretos

En breves pinceladas, analizando los datos más sobresalientes, queremos a continuación reseñar en qué nos apoyamos a la hora de atrevernos con un reto tan complejo: La disección entre política histórica y actitud personal.

Mujer creyente

Es difícil enjuiciar y valorar a Isabel la Católica fuera del ámbito de la Fe Católica, pues era ésta la que informaba sus actitudes más profundas.

Educada en un ambiente hondamente cristiano, con una tendencia natural fuerte hacia lo espiritual, reflexiva por naturaleza, con propensión al escrúpulo en cuanto al cumplimiento del deber, piadosa, que no rezadora.

Dedicaba diariamente largas horas a la oración y devociones personales, acudiendo con frecuencia a los monasterios donde se quedaba para hacer varios días de retiro.

Las cartas de dirección espiritual con Fray Hernando de Talavera, bastarían para conocer el alma de esta mujer que vivía y reinaba desde Dios y para Dios. Son innumerables sus continuas referencias a la gloria de Dios, el bien de la Iglesia, la salvación de las almas.

Manifiesta su profundo amor a la Iglesia y al Papa en mil momentos y circunstancias, algunas de ellas muy difíciles, como cuando se atreve a reprender al Papa Alejandro VI , por medio de su Nuncio Des Prats, por su conducta poco edificante.

Inicia con intensidad la reforma eclesiástica, consciente de la necesidad de una auténtica coherencia de vida en los sacerdotes y religiosos.

Su Testamento es el mejor testimonio de su profunda vida de creyente, basten para resumirla estas palabras suyas:

"En la qual fe e por la qual estoy aparejada para por ella morir, e lo recibiría por muy singular e excelente don de la mano del Señor, e así lo protesto desde agora e para aquel artículo postrero de vivir e de morir en esta sancta fe cathólica..."

TESTAMENTO.


La dulce Isabel


A fuerza de presentarnos a la adusta Isabel algunos autores, nos puede sonar a ironía el epígrafe anterior.

Pero... ¿Cómo pueden darse en una misma persona los siguientes datos, que nos muestran otra Isabel a la que quizá no estamos tan acostumbrados? Ustedes dirán.

A. de Cabrera, cronista a la sazón de Enrique IV, le escribe a éste cuando Isabel sólo tenía 17 años y acababa de rehusar la posesión del trono mientras viviera su hermanastro. Cabrera nos hace un bonito elogio de Isabel adolescente: "la virtud y modestia de la Infanta nos obligan a esperar que os será muy obediente y que no tendrá más voluntad que la vuestra, ni alentará la ambición de los Grandes, pues (...) no hubiese rehusado el título de Reina que la ofrecían (...) contentándose con el de Princesa, que, a su entender, le pertenece".

" El modo de conversar de la Reina Isabel era muy ameno y su platicar estaba salpicado de dichos graciosos, muchos de los cuales quedaron como proverbios".

Un gesto entre mil que denota su calidad humana: La esposa del Corregidor de Toledo Gómez Manrique había caído gravemente enferma en Medina. Llamaron al Corregidor a Medina, pero él pidió una prórroga para quedarse en Toledo, por las circunstancias del momento; se le concedió, pero al firmar la carta la Reina añade una posdata de su puño y letra, salida del corazón: "Gómez Manrique, en todo caso venid luego, que doña Juana ha estado muy mal, y estaba mejor, y ha tornado a recaer de que le dixeron que no veníades." De mi mano. Yo la Reina.

Cada viernes se sentaba en la plaza pública de la Villa en la que se encontrara la corte, para hacer justicia gratuita a los humildes, o económicamente débiles. Acabada la audiencia, ido ya el Rey, terminado su oficio de Reina, comenzaba el de madre: "yo os encargo las conciencias, decía a los ministros encargados de llevar a ejecución lo sentenciado, que miréis por estos pobres como si se tratara de mis hijos".

Temas como el perdón a los vencidos tras la guerra con Portugal, el trato a los indígenas de Canarias y América, las innumerables dotes concedidas a doncellas y otras caridades, necesitarían un tratado aparte.

La seriedad de Isabel

"Al estudiar detenidamente la personalidad de Isabel, salta la sorpresa al descubrir que estamos en presencia de una mujer "moderna", dinámica, rompedora de moldes, andariega incansable por todos los caminos de España para conocer y convivir con su pueblo, que arengaba a sus soldados y curaba las dolencia de los heridos en campaña y les animaba con su palabra como en Baza y en Loja o les procuraba cobijo en los hospitales de campaña que ella fundó e inventó"

Vidal González Sánchez.

En Segovia, se organiza un tumulto popular, Isabel cabalga hasta allí para poner orden, le aconsejan no acercarse, pues el ambiente es muy tenso y lleno de peligro, Isabel responde:
" Decid vosotros a esos caballeros e çibdadanos de Segovia que yo soy la reyna de castilla y esta çibdad es mía e me la dexó el rey mi padre; e para entrar en lo mío, no son menester leyes ni condiciones algunas...". Pero a continuación, al dirigirse al pueblo, que le recibe en silencio le dice: "Decid agora vosotros, mis vasallos e servidores, lo que queréis, porque lo que a vosotros viene bien, aquello es mi servicio e me place que se faga, pues es bien común de toda la cibdad..."




"Importa mucho destacar la coherencia con que ambos reyes
trataron de vivir su fe. Se ha dicho muchas veces que Fernando
fue modelo para El Príncipe de Maquiavelo y así se le atribuye una cierta amoralidad. Pero no hallamos confirmado tal aserto en parte alguna... y la documentación conservada, que es abundantísima, permite sostener más bien lo contrario". Luis Suárez

El Papa Juan Pablo II ha resaltado esta dimensión de la presencia española en el Nuevo Mundo: «España aportó al Nuevo Mundo los principios del Derecho de Gentes [...] y puso en vigor un conjunto de Leyes, con las que la Corona Castellana trató de responder al sincero deseo de la Reina Doña Isabel I de Castilla de que sus hijos los indios [...] fueran reconocidos y tratados como seres humanos con dignidad de hijos de Dios».

"Primeramente mandamos que en la Iglesia Catedral de la ciudad de Granada se haga una honrada capilla en la cual sean, cuando la voluntad de Nuestro Señor fuere,
nuestros cuerpos sepultados. Dicha capilla se ha de llamar de los Reyes bajo la advocación de San Juan Bautista y San Juan Evangelista." (Carta de privilegio de los Reyes Católicos).

"Y, por ende, queremos que los huesos nuestros estén allí para siempre, donde también han de estar sepultados los de la dicha serenísima señora para que, juntamente, loen y bendigan su santo nombre." (Testamento de D. Fernando.

Fuente: "Comisión de Isabel la Católica".


¡ISABEL LA CATÓLICA SANTA!


LIBRO DE HORAS comunica a sus lectores que abrimos desde hoy mismo una campaña pro-beatificación de Isabel la Católica, pues estamos convencidos de que vivió heroicamente las virtudes cristianas y nunca estaremos lo suficientemente agradecidos a su acción política por la unidad católica de España.

Y para comenzar con buen pie... Vayamos rezando y obteniendo gracias a través de su intercesión.

ORACIÓN (uso privado)

Por intercesión de la sierva de Dios Isabel la Católica.

DIOS, Señor y Padre nuestro, que nos has manifestado tu providencia en la elección de tu sierva Isabel como instrumento de tu gloria en la dignificación cristiana del hombre, en la exaltación de la fe y su extensión al NuevoMundo. Te damos las gracias por este don sobrenatural de sus virtudes y de su ejemplo permanente desde las cimas del gobierno de los pueblos para la redención y la salvación de todos. Te rogamos te dignes perpetuar su intercesión en el Cielo para continuar su obra comenzada en la Tierra; y para obtener ahora las gracias especiales y favores que por su medio te pedimos, en unión con Cristo nuestro Señor y Mediador, que contigo y el espíritu Santo vive y reina y es Dios por todos los siglos. Amén.

Iremos articulando esta campaña a favor de la beatificación de Isabel la Católica, convencidos de que la causa merece nuestro esfuerzo y el de todos los leales. Emplearemos todos los recursos en dicha dirección, apelando a las más altas instancias eclesiásticas para lograr lo que otros impidieron.

RABÍ LUSTIGER... AHORA NO PODRÁS IMPEDIRLO





Aron Jean-Marie Lustiger falleció hace unos años, en agosto de 2007. De origen judío, se convirtió al catolicismo y llegó a ser arzobispo de París y cardenal de la Iglesia. Se le recuerda por su oposición sin paliativos a la beatificación de Isabel la Católica.

¿De quién recibía instrucciones? La fotografía que ofrecemos es suficientemente elocuente.

Que Dios lo juzgue; nosotros no queremos hacer un juicio. Una vez desaparecido este satanás (todo ello sea dicho en el sentido etimológico del vocablo: adversario), ha llegado la hora de que todos los católicos españoles, orgullosos y conscientes de nuestra Historia, reclamemos de la Iglesia Católica que Isabel la Católica, nuestra bienamada Reina, sea elevada a los altares.
Isabel la Católica tiene en España sus devotos. Ningún advenedizo, por muy fiscal del sanedrín que fuere, va a venir a decirnos a nosotros que Isabel no merece la canonización. Y queremos verla sobre la peana, para rezarle al pie de los altares.

Gracias de antemano a cuantos sabemos que van a ponerse a pugnar por esta intención. Isabel la Católica intercederá por nosotros, para que Dios nos lo recompense.

Enlazamos la Página Oficial de la Comisión para la causa de Beatificación de la Reina Isabel la Católica, y recomendamos visitar el sitio:



http://www.reinacatolica.org/comision.htm

3 comentarios:

  1. Con tu permiso me llevo la última entrada que has publicado a Tercio Hispano.

    Saludos

    D.P.F.R

    ResponderEliminar
  2. Todo lo que aquí se publica tiene permiso para publicarse donde proceda, siempre y cuando se pertenezca a esta Familia. Y tú eres parte de ella.

    ResponderEliminar